—«¡Ay!» —dijo el ratón—. «El mundo se hace cada día más pequeño. Al principio era tan grande que me daba miedo. Yo corría y corría y me alegraba de ver paredes, a un lado y a otro, en la distancia. Pero esas paredes se estrechan tan rápido que ya me encuentro en el último cuarto y ahí, en el rincón, está la trampa sobre la cual debo pasar».
—«Solo tienes que cambiar tu dirección» —dijo el gato, y se lo comió.
(Franz Kafka, Una pequeña fábula, 1920)
Les deseo a ustedes que disfruten del descanso, estén donde estén.
Pero ¡cuidado con el gato!