El progresivo y creciente deterioro de la naturaleza que nos rodea, el medio ambiente, constituye una amenaza real para todos los seres vivos y para el conjunto de ecosistemas que componen la morada natural de los vivientes, es decir, para la salud de la misma Tierra. Este problema incide directamente en la ecoética, la ética medioambiental, la ética de la tierra, la ética animal… Al día de la fecha es difícil negar que estamos ante una situación muy seria. El consenso es abrumadoramente mayoritario y supera la polémica entre activistas y negacionistas.
Pero, en cualquier caso, «las reacciones ante este nuevo escenario plagado de luces y sombras han sido muy diversas: desde la alarma por los riesgos generados para la supervivencia de la humanidad o de la naturaleza no humana, hasta el entusiasmo por las posibilidades que se plantean de mejorar las condiciones de vida, pasando por una actitud entre moderada y gravemente preocupada por el futuro. Detrás de ellas encontramos una vasta y plural reflexión filosófica», como afirma Vicente Bellver.
Aquí agrupamos el debate entre posiciones ecocéntricas o ecocentrismo y biocéntricas o biocentrismo. A ello se añaden una algunas sobre el tema desde la perspectiva teológica católica.
Para mayor información, véase la voz «Ecología» en la Enciclopedia de Bioderecho y Bioética
El artículo completo sobre esta entrada del blog puede verse en Bioética y Ecología.14.12.2012