Quizá uno de los mayores cambios experimentados durante los últimos siglos en el ámbito de la medicina sea el de haber pasado de considerar enfermedades a considerar personas. Se ha puesto el acento decisivo en las personas enfermas y no sólo en las enfermedades.
Esto implica, entre otras cosas, hacer una apuesta explícita por el sentido humano de las profesiones sanitarias y por el lugar central que en ellas ocupa la relación médico-paciente. Y quizá todo ello tenga aún mayor relevancia con las personas que padecen trastornos mentales.
La responsabilidad y el cuidado hay que insertarlos en el pacto de cuidados basado en la confianza, que postula Paul Ricoeur, puesto que ése es el lugar donde hunden sus raíces tiene sus raíces las profesiones sanitarias. Es también el lugar de la ética en Salud Mental.
Para más información, véase Enciclopedia de Bioderecho y Bioética / Encyclopedia of Applied Ethics
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