Con motivo de su reciente investidura como doctor Honoris Causa por la Universidad de Extremadura, el propio autor ha declarado que «La ética en general, y la bioética en particular, tienen por objeto educar a las personas en las tomas de decisiones, a fin de que estas sean correctas. Esto puede parecer sencillo, pero cuando se analiza con detalle se ve que es un criterio muy exigente. La ética no trata de lo bueno a diferencia de lo malo, sino de lo óptimo. Cuando tomamos una decisión cualquiera, y más aún cuando de esa decisión depende la vida de una persona, cualquier curso de acción distinto del óptimo es malo. Es un mal juez el que no dicta la mejor sentencia posible en cada caso, y es un mal cirujano el que no hace la operación óptima posible. La ética no trata de lo bueno sino de lo óptimo, porque cualquier decisión distinta de la óptima es siempre mala, sobre todo en aquellas profesiones que gestionan los valores más apreciados por los seres humanos, como son los de la vida y la salud. La bioética trata de educar a los profesionales sanitarios en esta mentalidad, que es tan vieja como la propia medicina, pero que según avanzan los procedimientos técnicos y aumenta nuestra capacidad de manipulación de la vida y de la muerte, se hace cada vez más imprescindible».
Se puede ver el artículo de esta entrada en Diego Gracia: Fundamentos de Bioética.08.02.2013